miércoles, 28 de septiembre de 2011

No vivimos eternamente

[ RECUPERACIÓN ESCRITO FOTOLOG DE 2006 (más joven, más arrogante, más agresivo, pero aún estoy totalmente de acuerdo con lo que escribí) ]

Y no sé cuándo, no sé cómo ni por qué, pero llegará un día en que la palmaremos. No vivimos eternamente.

Moriremos y no seremos más que carne para aquellas larvas que tanto asco nos dan. Nos comerán los gusanos, que a la vez serán comidos por animales que a la vez serán comidos por otros animales, que al morir servirán de estiércol para plantas... y la vida seguirá su ciclo.

Y estoy convencido de que no hay nada más. Ni cielos ni infiernos. Ni reencarnación ni perdón ni castigo. NADA. No penséis... pero me recordarán... porque sí que lo harán, pero tú no estarás allá para darte cuenta, nunca lo valorarás...

Y sé que cuando estéis a punto de morir, siendo viejos o jóvenes, ricos o pobres, acompañados por todos o solos en la oscuridad, sea como sea, lo único que pensareis no será en haber follado más, en haber tenido más familia, en haber muerto más ricos, en querer morir en una habitación mejor o en no sufrir por el dolor. Lo único y jodidamente único en que pensareis será en si la vida que habéis vivido ha sido en mayor o menor medida la que habéis elegido. En si realmente cada elección que habéis tomado ha sido sincera con vosotros mismos; en si, en este camino que es la vida, podéis estar orgullosos de vosotros mismos.

Y os prometo que lo único que cambiaríais, no sería vivir más, no sería ser inmortal, únicamente seria cambiar todos aquellos momentos en que no habéis vivido como queríais por miedo, inseguridades o pereza.

Así pues... cuando exhaléis vuestro último suspiro... ¿QUE DIRÉIS?


... yo lo único que espero de mi mismo en esta vida es que la última frase que diga sea:

"No lo has hecho mal Ori... no lo has hecho nada mal por ser la primera (y única) vez..."



(Oriol Talló, 26-6-2006)

Frase (II)

"Somos lo que hacemos para cambiar lo que somos"

Eduardo Hughes Galeano

jueves, 1 de septiembre de 2011

La bondad

La gente no es buena o mala. La vida, las personas, la ética y la moral son demasiado complejas como para poder clasificar a las personas en buenas o malas. Tampoco lo son los actos. No se puede entender la naturaleza de un acto sin comprender su contexto, la motivación. Y, sinceramente, dudo que ningún ser humano sea capaz de comprender el contexto global y completo que hace que otro ser humano elija o no realizar una acción. Dudo, incluso, que nosotros mismos seamos capaces de entender totalmente el porqué de lo que hacemos.
Así pues, la histórica (y muy usada) rápida selección de lo bueno y lo malo, queda un poco falta de cuerpo, de credibilidad.

¿Deberíamos clasificar los actos según la intención con la que se hacen? Sería complicado ya que las intenciones, pese a ser esenciales, comportan consecuencias que no siempre son las esperadas, tal vez por falta de atención o de ganas de esforzarse en cumplir correctamente esta intención. ¿Quedaría, pues, descrita la naturaleza de un acto en función de la intención? ¿o en función del esfuerzo invertido para que se cumpla? Entonces, ¿nos alejamos de la cuestión de lo que es bueno o malo al no hablar del acto en sí?

Yo creo que hay que ser humilde. Humilde y sincero. Y entender que los conceptos de bien y mal no son absolutos, no son universales. Hay que hacer un esfuerzo para reconocer que clasificamos los actos, sobretodo, en función de nuestra ética individual, en función de lo que nos aportan a nosotros (un acto es menos malo si el beneficiado de éste es uno mismo que si, en un acto idéntico, el perjudicado es uno mismo) o en función de los que nos han enseñado que debemos considerar como bueno o malo.

Es triste y frustrante, pero todo el mundo termina, la mayoría de las veces, barriendo para casa. ¿No os habéis encontrado varias veces defendiendo alguna postura sabiendo que podríais, perfectamente, defender la otra?

¿Cuántas veces habéis juzgado mal una persona por cómo se ha comportado con vosotros (seca, borde, sosa) aún viendo que con otras personas es encantadora?
¿Cuántas veces habéis estado seco/a borde o soso/a con alguien? ¿Os molesta que os juzguen rápido? ¿Creéis que juzgáis rápido?

La subjetividad es una realidad que solo podemos salvar de una manera: siendo perfectamente conscientes de ella.

Yo soy incapaz de resolver la gran problemática sobre los conceptos del bien y del mal. Sólo sé que es una de las grandes asignaturas pendientes que tiene el ser humano, y que hasta que se resuelva (que se resolverá), la humanidad seguirá teniendo problemas de convivencia.

No obstante, creo en la fuerza de la reflexión y en el poder de la empatía. Creo que todos somos más parecidos de lo que nos pensamos y que, si somos capaces de entendernos a nosotros mismos, de esforzarnos para entender a los demás, y si nos juzgamos, inevitablemente de manera subjetiva, pero de igual manera a los otros como a nosotros mismos, estaremos un poco más cerca de una verdad que nos hará más libres, más felices, más humanos.


Oriol Talló Parra (9/11/2009 22:51)